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BBZ Harinas Andes Grupo Prialis La Alborada Mutual Sportivo Diaz

AFA Maciel Raúl Grimi

El Taco y la Rabona

 

De: Daniel Della Bianca

Recita: Héctor H. García

Música de: Víctor Chenna   Intérprete: Ariel Burgos

 

 

Siesta de otoño en el barrio
años del siglo viejo
un campito desparejo
donde se juntan valores
y se mezclan los colores
de los clubes de primera,
cada uno a su manera
saca de adentro el hincha,
está el bostero y el pincha
el leproso y el canalla
y al que va de guardavallas
me parece que lo veo;
la amarilla de Amadeo
tiene el hijo de un vecino
suena el pito del molino
que viene a ser la señal,
ya comienza otro mundial
jugado al lado del camino.

Pantalones cortos
para la cancha y para la vida,
con la gomera escondida
por si acaso alguna presa,
un golazo de cabeza
que en la vereda se grita
porque fue de palomita
y hace vibrar al potrero,
el escor es cero a cero
y el empate se palpita.

Con la cara transpirada
y el flequillo entre los ojos,
entre sonrisas y enojos
el primer tiempo se ha ido,
los cordones desprendidos
y las medias por los tobillos
y sosteniendo el ovillo
de un barrilete que sube,
veo que cruza una nube
entre azul y amarillo.

Evento que en la memoria
de los pibes va quedando,
donde se aprende jugando
cual dulce universidad,
ostentando calidad
con el taco y la rabona
y al estilo de la Sorbona
hay doctores cirujanos
que te operan sin las manos
y te hacen comer gramilla,
pero eso sí… no hay camillas
ni anestesia, ni algondones
que te borren los tapones
del grandote que nos reta,
y se enojan por las gambetas
los picapiedras violentos
…si me pasas te reviento…
Se escucha como amenaza,
hay un florista que pasa
y deja caer una flor,
por detrás el afilador
hace sentir su flautín,
el encuentro llega a su fin,
la revancha no va a tardar;
campanas se oyen sonar
en el templo de la fe,
las ejecuta José
y no se pudo empatar.

Partidito en el potrero
donde se curan heridas,
donde se mezcla la vida
entre goles y derrotas,
donde el dueño de la pelota
es el que fija el horario,
donde no existen vestuarios
y un paraíso es el baño,
donde se aplauden los caños
el pechito y la pisada,
se reprueba la pifiada,
cuestión de filosofía…
con una gresca por día,
producto de alguna cargada.

Amanece la existencia
con arquitos de paraíso,
con la idea y el compromiso
de defender nuestro barrio,
sea cual sea el contrario
en las luchas domingueras,
aunque duela la barrera
en ese tiro indirecto
que viene con mucho efecto

Y te ralla la cabeza;
mas yo siento como pesa
esta nostalgia de vida,
y en la memoria escondida
de aquellos días felices;
oigo una voz que me dice:                                       
nene… está la leche servida.                                      

 

 

 

 

 

 

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