Inicio | ¿Qué es? | Los Poetas | Staff | Poemas | Canciones | Presentaciones | Auspiciantes |

 

Artículos y Menciones | Afiches | Fotos | VIdeos | Perfiles | Contacto | 1er Espectáculo  | 2do Espectáculo | Venta de Entradas |

 

 

 

BBZ Harinas Andes Grupo Prialis La Alborada Mutual Sportivo Diaz

AFA Maciel Raúl Grimi

Libro Perfiles

Poemas de Javier Girardi

Que ha de saber

Que ha de saber quien nunca,

Se cobijo en tu mano,

Se reflejó en tu sonrisa.

O tembló en tus labios.

 

Que ha de saber quien nunca,

Se miró en tus ojos,

Se adormeció en tu pelo.

Se insufló en tu aliento.

 

Que ha de saber quien nunca

Se desgarró en tus lágrimas,

Se arrodilló en tu pena.

O zozobró  en tu dolor.

 

Que ha de saber quien nunca

Se amparó en tu orgullo

Se halagó en tu altruismo

Se emocionó en tu entrega.

 

Que ha de saber quien nunca,

canto tu canto,

rió tu riza,

rezó tu rezo

lloró tu llanto.

Milagro

 

Si puede una voz ser bitácora en la bruma,

o una mirada un mojón en el vasto desierto,

si puede una sonrisa despejar lo que abruma,

o recordarte un gesto que aún no has muerto.

 

Si puede una mano tenderse a tu encuentro,

amalgamando la química de ese momento.

Si puede un respirar restituirte el centro,

susurando a tu oído un bello argumento

 

Si puede una caricia brindarte refugio,

cuando a por ti vengan los recuerdos.

O si en un hombro descubres el artilugio,

que te permita continuar entre los cuerdos

 

Si puede una palmada ofrecerte otro paso,

o al entrelazar los dedos encuentras sostén.

Si unos ojos te remiten al maternal regazo,

o te resguardan unos brazos cual terraplén.

 

Si puede un pecho tus lágrimas enjugar,

cuando de nuevo te asalte el desconsuelo.

Si  pueden esas rodillas volver flexionar,

para con levedad juntarte desde el suelo.

 

Si regresa ese soplo con tus cabellos a jugar,

el que esparcía por tu rostro la frescura.

Si en tu amparo un músculo se ha de tensar,

cuando se torne temerosa tu bravura.

 

Si pueden esas piernas otorgarte vigor,

cuando ya no quieran tus sueños caminar.

Si puede ese vientre tu temor apaciguar,

cuando en sombras te persiga el estupor

 

Si puede ese pensar llamarte a reflexión,

cuando sólo te creas invadido de razón.

Si puede un alma adormecerse en tu rincón,

cuando todo el aire te presagie desazón.

 

Si puede ese espíritu en la tormenta ser timón,

cuando los vientos de favor devenguen en tifón

Si puede esa energía eludir a tiempo su remezón,

te ha dado la vida un reloj que marcha a corazón.

 

Si puedes creer que te refiere lo que versa,

más allá de lo dicho y también lo conjeturado.

Si diestro resultara tu sentir con el viceversa,

he de considerarte sumamente agraciado.

Entonces que no ande tu percepción dispersa,

ni te detengas en lo que otro predica apropiado.

        Tú…Ya mucho has logrado…

                        Porque…

Se es artífice de un milagro

Cuando penas y alegrías se hacen par

Y en mitades se sustenta el andar

De un camino que se presume largo.

 

 

 

La Soberbia

 

Tu soberbia hermano te ha cegado,

sólo lo que piensas alcanzas a ver,

no logras estimar lo que has dilapidado,

y te precias con la facultad de merecer.

 

Si al menos no quisieras tu discurso contagiar,

levantando pedestales de falso profeta,

dado a que no tiene asidero sino para justificar,

la razón, que has usurpado cual proxeneta

 

Acaso bastaría con no irlas de consejero,

tales ínfulas son de efímera satisfacción,

pues no suelen al prójimo resultar lisonjero,

y no guardan cual propósito la bendición.

 

Tu palabra snob dista de ser plegaria,

tan sólo pretende argumentar el error,

con modernidad altanera y suntuaria

duplicas tu bajeza cual profanador.

 

No necesito como el Dante verte encorvado,

ni cargando el orgullo sobre tu espalda.

si un halito de humildad te fuera insuflado,

sabrías creciendo que aprendiendo se anda.

 

Mira… ¿comprendes hasta donde hemos llegado?,

Si aquí, adonde de muy pocos es la "verdad",

Pero… ¿quien recibirá la presea de este legado,

si tan sólo nos rodea esta inmensa soledad?.

 

Por casualidad o descuido querido hermano

alguien en un bello día nos contuvo amando,

vení entonces, tomate con fuerza de mi mano,

a ver si nos erguimos, para seguir caminando

 

La envida

Percibo de las vísceras el revoltijo.

Merodeas  muchacha conspiradora,

asechando desde tu oscuro escondrijo.

Hábil Silente, Maliciosa  y calculadora.

 

Del zarpazo siempre a tu merced,

me pesa esta vulnerabilidad racional,

nada parece saciar tu inmensa sed,

con la que vagas propiciando lo banal.

 

Es a partir de ti todo mejor y majestuoso,

apropiado, grandioso y sumamente bello

en el mundo de allá, el del otro, el de aquello

pero en el nuestro esencialmente infructuoso.

 

Prejuiciada de diáfana visión con los demás.

Intimidad perturbada en penumbras difusas.

Obnubiladas miradas desconfiadas y obtusas,

que no pareces empeñada en redimir jamás

 

Y no son los ojos potestad para tu veredicto,

pues suelen carecer de facultad al observar,

quizás el no ver alivie o nos consiga alucinar,

más nos perpetúa tu imagen un cerebro adicto.

 

Conoces de aquella debilidad ancestral,

por la cual bíblicamente juzgada de sicaria,

insolente precursora del pecado capital.

Y de la compasión su estúpida arbitraria

 

Nos induces de por vida a compararnos.

Y estimulas con sapiencia el arte de copiar.

De todo atisbo de talento supiste alejarnos.

Y nos enseñaste el juego de nunca ganar.

 

Si acaso pudiera tu blasfema voz obviar,

aplacando los malestares de mis huesos.

Si lograran mis hábitos mentales olvidar,

tus manipuladores argumentos perversos

 

De seguro mejor ser humano me sentiría,

al clarificar el sustento de las intenciones,

y ahora mi envidia no me prestidigitaría,   

liberándome al sutil fluir de las relaciones

Gratificante

Cuan gratificante resulta saber

Que existe alguien con la humildad de esperarnos.

Un ser capaz de considerarnos necesarios,

y para el cual constituimos parte de un todo.

 

Ese, que se ha de perturbar con nuestra demora

Siendo incluso capaz de llorar por nuestras ofensas

De reír gozoso con nuestras alegrías

y de padecer en piel nuestras tristezas.

 

Capaz de prosternarse ante Dios por ofrendarnos una súplica,

El que  no vacilará en trocar su dignidad por la nuestra.

Quien llegará a languidecer por resultarnos nutricios.

Ese obrador inconsciente, del factible y singular milagro.  

 

Y es entonces cuando…

 

Gratificante resulta saber,

que existe un ser terrenal

tan complejamente simple

que desestimando a la razón,

…ha optado por amarnos.

 

 

 

 

 

 

 

 

Seguinos en Facebook

Con algo por Decir - 2014 ©