Yo no sé si lo sabes:
era el momento oportuno,
fue allá en el cuarenta y uno
que arrancaron las gestiones,
y un presagio de emociones
en sus rostros se leía,
otra bandera nacía
de la ruta hacia el otro lado,
con el frontón en un costado
y una pista de alegría.
Así empezaron las cosas,
era mucho lo que faltaba
y siempre uno se animaba
a volcar una inquietud,
se fue engrandeciendo el club
de a poquito y con paciencia,
y una inmensa concurrencia
buscó el cuadro de sus amores,
se crearon sus colores
y fue un hecho su existencia.
Fueron pasando los años
y fuiste creciendo de a poco
te acompañaron los "locos"…
que hoy en duendes se transformaron
esos que te bautizaron
con el nombre más sencillo,
fueron juntando ladrillos
y tus muros levantaron.
A costa de mucho esfuerzo
se iban cumpliendo sus metas,
fue la cancha de paleta
un orgullo y emoción,
la pileta de natación
que fue una obra grandiosa,
y esa cancha de baldosas
donde brillaron valores,
ellas fueron las mejores
en un tiempo diferente,
y está el recuerdo latente
por eso lo voy nombrando…
el Edi y un tal Normando
que en los clásicos pasados
su sello dejó estampado
y el recuerdo sigue estando.
Siento que mi pecho tiembla
cuando el recuerdo desato,
y pienso en los campeonatos
que ha cosechado tu historia,
años setenta y la gloria
y el festejo de los domingos,
el Colo, la Mula y el Gringo
instalados en la memoria.
Mucho tengo que contar
de este tiempo que he vivido,
en el buffet he compartido,
historias con mucha gente,
el Loco y el Comedientes
y un vecino que rezonga,
en una mesa la conga
y en otra revienta el chancho,
en la frente se estampa el ancho,
cae al piso una chapita,
un vermuth con papas fritas
cuando se sienta Cachorro,
un viejo se saca el gorro
para acudir a la cita.
No quisiera que estos versos
se olviden de algunos nombres,
porque son muchos los hombres
que empezaron a sembrar,
a don Pepe he de nombrar
un pionero y lo destaco,
y nombro también al Flaco
símbolo de mi generación,
que aferrado a su pasión
por los chicos ha vivido,
de Pata y Yun no me olvido
ni de los nombres actuales,
y de un tal Napoleón Morales
que es por todos conocido.
Mi viejo y querido Club Maciel…
hoy vengo para estar, presente en tu
destino,
ha sido largo el camino
y muy linda la fantasía,
quiero bañarte en poesía
y pedirte con mucha calma,
que el rojo, tu color del alma
perdure en la vida mía.
Y como te iba diciendo
el corazón se me ensancha;
al caminar por la cancha
recordando tantas cosas,
y por tu calle Mendoza
y a manera de pedido
quiero preguntarte al oído:
¿me recordás?
yo estaba… a tres cuadras de la vía,
en la bicicletría,
el que esperaba valiente
a la piba de aquí enfrente
muy cerquita de la escuela,
el que gastaba las suelas
por estar entre tu gente.
Y para serte sincero;
se me acaban las ideas,
sólo quisiera que seas;
mi punto de residencia,
que puedas tener conciencia
de mi amor por tus colores,
y que entre risas y dolores
y los latidos del pecho…
vuelva a ser tu wing derecho
para darte mis amores.
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